miércoles, 18 de agosto de 2010

Santo Niño del Tongo

En un día soleado del año de 1840 y frente al paisaje maravilloso de la Comunidad de San Pedro del Tongo, Nazas, Margarita Rojas, originaria de Lerdo, Durango, realizaba un paseo en compañía de familiares y amigos, después de disfrutar de las riberas del río, deciden tomar un descanso bajo un frondoso pinabete de los tantos de aquel paraje, es aquí cuando dos jóvenes de aspecto humilde se acercan y le piden de favor que le cuide a su hijo recién nacido envuelto en una sábana, pues ellos van a traer una medicina a un rancho cercano, prometiendo que regresan pronto pues hace mucho sol y tienen miedo que el bebé se les fuera enfermar, a lo que Margarita acepta sin vacilar luego de corroborar que el niño duerme profundamente.

Pasa el tiempo, el sol oculta sus últimos rayos y los jóvenes no regresan, Margarita se empieza a preocupar pues se tienen que regresar a Lerdo en la mañana del día siguiente, por lo que decide en acuerdo con sus acompañantes, dejar al bebé en una casa del poblado. Antes de entregarlo Margarita descobija el niño y lo ocurrido a continuación es un acto que sólo con fe se puede entender, en lugar del niño vivo se encontraba entre las sábanas la imagen del niño Jesús con sombrero, túnica y capa, además de un bastón y un guaje. Con asombro y alegría deciden regresar a casa llevándose la figura del niño.
Al llegar a Lerdo inmediatamente le acondicionan un lugar donde ponerlo y relatan la historia que corre rápidamente de boca en boca. Muchas son las personas que acuden a visitar la imagen a la que deciden llamar Santo Niño del Tongo.



Pasado un tiempo Margarita se imaginó que tal vez el Santo Niño debería estar en el lugar donde realizó su trasformación, por lo que hace un viaje a la comunidad de San Pedro del Tongo, Nazas y lo entrega a una familia honorable, no sin antes relatar los cientos de milagros realizados, además les pide que lo cuiden de manera especial proporcionándole un trato como a un ser humano.
Por el medio día se despide y con lágrimas en los ojos inicia el regreso a Lerdo. Grande sería su sorpresa que al llegar a su casa lo primero que ve al entrar, es a su Santo Niño sobre la mesa con sus pies todos llenos de lodo y con sus vestiduras hechas pedazos; esto debido a que al no querer separarse de su dueña, el Santo Niño del Tongo se regresa caminando entre los cerros.
Al contar este acontecimiento, son muchas las personas que agrandan su fe y el Santo Niño recibe visita tras visita. Otros se muestran escépticos, a lo que Margarita, por segunda ocasión, decide regresarlo al Municipio de Nazas.

Nuevamente realiza el viaje y lo deja en la pequeña comunidad del Tongo, cuando regresa lo vuelve encontrar en su casa en Lerdo, esta vez más lastimado, por lo que tiene que curarle rasguños y sacarle espinas de su cuerpo. Todo queda claro, el Santo Niño del Tongo estará en Lerdo para siempre.

No se sabe a ciencia cierta el porqué el Santo Niño no quiso vivir en nuestro territorio, pero de lo que si estamos seguros y nos hace sentir orgullosos es que este acontecimiento ocurriera en nuestro Municipio de Nazas.

Si usted tiene la oportunidad de viajar a Cd. Lerdo, no olvide realizar una visita a la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús ubicada en el centro de la ciudad, para admirar, agradecer o solicitarle ayuda al SANTO NIÑO DEL TONGO pues es este el lugar donde actualmente se encuentra con una capilla construida especialmente para su veneración. Y no se olvide decir, si alguien se le acerca, que usted conoce el lugar donde nacieron los hechos que dieron paso a este acontecimiento popular religioso, diga orgullosamente, que usted es del Municipio de Nazas.

Escrito elaborado por: Juan Antonio Avalos González